Disfunción erectil y Fuga venosa

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Disfunción eréctil y Fuga venosa

"El pene no obedece la orden de su Maestro, quien trata de ponerlo rígido o no, a voluntad. Por el contrario el pene se erecta por sí mismo mientras el maestro duerme. Se debe decir que el pene tiene su propia mente y funciona a través del ‘estiramiento’ de la imaginación"

Leonardo Da Vinci.

Disfunción eréctil

¿Qué es la disfunción eréctil?

La disfunción eréctil, o más conocida como impotencia sexual, es una patología con diferentes grados de intensidad que consiste en la incapacidad permanente para conseguir, y mantener una erección suficiente como para posibilitar una relación sexual con penetración satisfactoria.

Afecta a más del 40% de los hombres mayores de 60 años y se estima que 4 de cada 10 hombres entre los 40 y 70 años padecerán algún tipo de disfunción eréctil en algún grado, existiendo una relación directamente proporcional de la progresión de la disfunción eréctil con el proceso natural de envejecimiento.

También se puede observar en pacientes jóvenes, el temido “gatillazo” forma coloquial de denominar la pérdida de erección puntual y transitoria, que afecta a 1 de cada 10 jóvenes, entre los 20 y 40 años, durante una relación sexual antes de que se produzca la eyaculación que, a diferencia de la disfunción eréctil, ésta ocurre, no de forma esporádica, sino en repetidas ocasiones.

Causas

Causas de origen orgánico:

Enfermedades cardiovasculares
Prostatectomía radical (cirugía próstata)
Enfermedades Endocrinas (diabetes)
Enfermedades Neurológicas (lesiones cerebrales, medulares)
Traumatismo y radioterapia pélvicos
Ciertos medicamentos
Tabaco, alcohol y drogas
Obesidad

Causas psicológicas:

Ansiedad,
Depresión,
Estrés,
Baja autoestima,
Cualquier trastorno de origen psiquiátrico.

Causas mixtas, debido a la combinación de factores orgánicos y psíquicos.

Fuga Venosa

Concepto de Fuga Venosa

La fuga venosa de los vasos sanguíneos del pene ocurre cuando existe una pérdida de sangre de los cuerpos cavernosos del pene.

Esto significa que puede haber una erección, pero no se mantiene el volumen de sangre necesario en el interior del pene o que probablemente no dure mucho tiempo.

Es un tipo de disfunción eréctil que aunque siempre ha estado asociado a personas mayores de 60 años, también se puede presentar en pacientes muy jóvenes.

Existen métodos de diagnóstico para confirmar la fuga venosa y se recomienda antes de nada diferenciar las causas que lo podrían estar provocando.

La ecografía-doppler, prueba diagnóstica no indolora, que por medio de imágenes permiten identificar el estado de las arterias cavernosas del pene mostrando la circulación de la sangre por los vasos sanguíneos.

De esta forma se podrá detectar si hay o no un trastorno en las arterías o en las venas y determinar el grado de insuficiencia circulatoria y la causa que lo podría estar provocando.

Causas

No siempre es fácil identificar el origen de la disfunción eréctil; distintos motivos podrían desencadenar la fuga venosa, pero sí existe una sospecha de que la causa más frecuente sea de origen vascular o una alteración neurológica u hormonal.

También puede ser debida a traumatismos en los cuerpos cavernosos del pene, por un golpe, un accidente, una masturbación agresiva o durante las relaciones sexuales, doblándose de forma brusca, pudiéndose fracturar provocando la incapacidad para mantener una erección suficiente.

Otras causas podrían ser de tipo psicógeno, provocadas por la ansiedad, desconfianza, miedo y en pacientes posiblemente con una elevada inestabilidad y desajustados emocionalmente.

¿Padezco de Fuga Venosa?

Un método para comprobar si padecemos de “fuga venosa” de tipo circulatorio, sería, una vez alcanzada la erección en posición tumbada, levantarse o cambiar de postura durante el acto sexual, y observar si de forma súbita se ha perdido la erección. Si sucede de forma puntual no deberíamos darle importancia, pero sí, cuando ocurre frecuentemente.

Tratamientos

No existen tratamientos bien establecidos en las disfunciones sexuales, es por ello necesario plantearlo en la consulta médica pues el problema puede llevar a uno mucho más importante, con la recomendación de someterse a una evaluación clínica y física completa para en base a los estudios de los resultados obtenidos, establecer un diagnóstico y un tratamiento adecuado.

Existen tratamientos como:

Bombas de vacío, en los casos que sea necesario conseguir una erección, porque la que tengamos no sea suficiente o no nos dure lo necesario para mantener una relación sexual con penetración satisfactoria.
Anillos de constricción. Se utilizan para mantener las erecciones el mayor tiempo posible. Después de conseguir la erección deseada, colocaremos el anillo de constricción en la base del pene para mantener la erección y evitar la salida de sangre del pene.
Se recomienda no dejarlo puesto más de 30 minutos.
Fármacos: el nitrato de sildenafilo, más conocido como Viagra.
Inyecciones intracavernosas. (a la larga podrían producir micro-lesiones en el pene).
Cirugia (reconstrutiva o implante de prótesis)

Mejorando el rendimiento sexual

Dependiendo de la causa que esté originando la disfunción eréctil, el uso de terapia de vacío es una de las primeras opciones de tratamiento y una de las mejores alternativas para este trastorno sexual. Es un método con beneficios médicos muy efectivos y positivos, pudiéndose combinar con otro tipo de tratamientos.

Ante un cambio en la calidad y duración de la erección, se recomienda acudir a un médico especialista para que realice una evaluación exhaustiva, y determine la causa, para descartar algún problema de tipo cardiovascular, alguna alteración hormonal, etc., y establecer un diagnóstico y un tratamiento eficaz adecuado para cada situación clínica.

Recomendaciones para una mejor vida sexual

La disfunción eréctil un problema importante de salud que afecta no sólo a los hombres sino también a la relación de pareja, influyendo negativamente en su vida sexual.

Realizar ejercicio y seguir una dieta equilibrada, ésto le ayudará a prevenir la disfunción eréctil.

Evitar el consumo de tóxicos como el alcohol y el tabaco. Someterse a reconocimientos de vigilancia y control de la salud. En definitiva, mejorar los hábitos de vida, la clave para conseguir una buena salud sexual a cualquier edad.