Incluso recomiendan acudir antes a un especialista de Salud Mental para replantearse la virilidad independiente del tamaño.
Partimos de la base que asienta, categóricamente, el psicólogo, sexólogo y antropólogo Alfonso Antona. las técnicas para alargamiento o engrosamiento de pene son, en su mayor parte, una tomadura de pelo; la promesa de un agrandamiento de pene para tener una vida sexual mejor es como la promesa de los buhoneros que van vendiendo afrodisíacos: charlatanería.
Lo corrobora Eduard García Cruz, urólogo especializado en Medicina Sexual, que solo confía en los extensores y, en último término, en la cirugía, pues, con las pastillas y extractos de plantas que te alargan el pene se dan muchas tomaduras de pelo, es estrictamente falso que funcionen.En cualquier caso, si (pese a todo lo anterior) todavía se mantiene la idea de ganar unos centímetros, el urólogo recomienda los extensores: aunque la gente tiene en mente la cirugía, a día de hoy lo más eficaz es el mecanismo de tracción del pene, un extensor que, según diversos estudios, demuestra que se consiguen buenos resultados que dejan a la cirugía en muy lejano segundo lugar, sin pasar por quirófano y ahorrándose el coste de la operación.
Ahora bien, más vale armarse de paciencia porque, hay que ser muy constante para conseguir una ganancia de apenas dos centímetros; hay que ponérselo a diario como mínimo un par de horas, es como ir al gimnasio.Desde luego, merece más la pena pasarse tres meses con un aparato aferrado que meterse en un quirófano o colocarse una prótesis, que, en opinión del experto, son una aventura quirúrgica, aunque algunos hacen sus cálculos y piensan: si le sumo a mis diez centímetros dos centímetros, tendré doce; al año siguiente lo aumento y serán catorce, etc. El urólogo tilda este pensamiento de error.
LOS RIESGOS DE LA CIRUGÍA.
Recalca García Cruz: "la cirugía se debería considerar experimental, cuando te dicen que se alargará hasta cinco centímetros, faltan estudios controlados para poder definir el riesgo-beneficio de la cirugía de alargamiento". Además, con esa dismorfofobia anteriormente mencionada engañando a la mirada, "el 95% de los hombres que pide un alargamiento tiene un pene de tamaño normal, y con la operación lo sometes a un riesgo cierto a cambio de un beneficio incierto".
Por eso en su consulta asegura que trata de modular las expectativas del paciente: "considero fundamental que entienda bien los riesgos, que sea consciente de todas las consecuencias".