Las mujeres son propensas a sufrir infecciones
en esta parte del cuerpo, debido a que la uretra de ellas es más corta
que la del hombre. Lo que hace que las bacterias puedan llegar más
fácilmente a causar molestias.
De hecho, el funcionamiento inadecuado, se puede dar por múltiples
factores, entre los cuales se encuentran los problemas congénitos y el
deterioro normal de los tejidos a causa del envejecimiento celular.
Pero, también, se pueden presentar daños por bacterias, que no son
expulsadas a través de la orina.
De esta misma manera, las personas que sufren de estreñimiento,
problemas digestivos, obesidad y diabetes, tienen mayor riesgo de
presentar patologías asociadas a la vejiga.
Es así, como los
principales problemas de este órgano pueden empezar con disfunciones de
almacenamiento; que los hace orinar frecuentemente; o de descarga; que
los lleva a tener un vaciado insuficiente; creando complicaciones en la
salud y el bienestar.¹
La importancia de la vejiga en el organismo
Por tanto, el principal síntoma que señala un problema en la vejiga
es la pérdida de control urinario. Ya sea, que se presente urgencia,
goteo, dificultad, vacilación o repetición en corto tiempo. De esta
misma manera, se puede dar falta de sensibilidad o flujo débil. Pero,
igualmente es posible que surja dolor, ardor o cambios en el color y
olor de la orina, como consecuencia de una infección.²
Así mismo, algunas enfermedades como la esclerosis múltiple, lesiones
medulares o accidentes cerebrales, pueden interferir en las señales
nerviosas. Lo que hace que se presenten episodios de incontinencia, que
no dependen directamente de la anatomía de la vejiga, si no de la
respuesta eléctrica incorrecta, que se da entre el cerebro y el esfínter
urinario.²