Investigadores australianos han relacionado varios rasgos físicos, entre
ellos el tamaño del pene, con un mayor atractivo físico observado por
mujeres voluntarias, resultado que podría avalar la hipótesis de la
selección sexual postulada por Darwin .
Unos resultados que podrían ser consistentes con una de las ideas clave de Charles Darwin, considerado como el padre de la Teoría de la
Evolución.
La selección sexual trata de explicar el desarrollo
de caracteres sexuales secundarios en los seres vivos, que en principio
no parece responder al "clásico criterio de la supervivencia del mejor
adaptado". En otras palabras, esta idea afirma que algunos rasgos de los
individuos pueden ser el resultado de la competencia entre individuos
en relación a la reproducción.
Siguiendo esta teoría encontramos la conocida como hipótesis de Fisher,
que postula que los ornamentos elaborados de los machos son
seleccionados por las hembras, ya que les resultan más atractivos. Los
postulados de Fisher también se conocen como "teoría del buen gen", ya
que la exteriorización de ciertos rasgos puede ser vinculada en cierta
manera con contar con "mejores genes". ¿Indicaría esta teoría que el
tamaño sí importa?
A pesar de que la selección sexual
ha sido discutida en profundidad, hay quien especula sobre si la
diferencia entre el tamaño del pene en los hombres (13 cm), y el de
otras especies animales cercanas (8 cm en chimpancés y 3 cm en gorilas) tendría que ver con la selección sexual.
Si fuera cierto, las mujeres encontrarían más atractivos a hombres
con penes más largos, y el hecho de que elijan para reproducirse a estos
varones, permite que en la descendencia pueda prevalecer este rasgo
genético, de ahí la diferencia entre nuestra especie y otras cercanas.
En otras palabras, la selección sexual confirmaría que el tamaño sí
importa.