Está estudiado que solo uno de cada cuatro pacientes consulta la
disfunción eréctil. El resto no llega a contactar con el sistema
sanitario. Hay pacientes que consultan, tras los primeros «fracasos«, como lo describen muchos de mis pacientes, pero muchos otros llegan después de diez años o más de problemas de erección.
Gran parte han dejado su vida sexual en suspenso desde entonces y han arrastrado con ello a su pareja.
Puede que la viagra se haya popularizado de forma clara durante sus
más de 2 décadas de existencia, pero sigue habiendo hombres con
problemas de erección que nunca la han probado ni han pedido al médico
que se la prescribiera. Ni ese ni ningún otro tratamiento.