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EL PRIMER VETERANO DE GUERRA QUE RECIBIÓ UN TRASPLANTE DE PENE.

Ocho años después de sufrir la explosión de una bomba en Afganistán, un militar estadounidense se sometió a un trasplante de pene. Aunque vivió una complicada operación de 14 horas y una lenta recuperación, no se arrepiente. Al igual que él, otros excombatientes también han sufrido importantes lesiones genitales.

Ray por poco no recibe el mensaje que cambiaría su vida. Un sábado por la tarde de marzo de 2018, justo cuando estaba a punto de sacar a su perro a pasear, sacó su teléfono del bolsillo y descubrió varios mensajes de voz. Habían pasado ocho años desde que una bomba explotara debajo suya mientras patrullaba en Afganistán y cinco desde que conoció a su médico. Llevaba un año en lista de espera. Se puso impaciente.

Devolvió la llamada. Ya está, pensó. Tiene que ser eso.

Una enfermera cogió el teléfono. Ray tenía que ir al hospital de inmediato, le dijo. Tenían un donante. Iba a conseguir un nuevo pene.

Ray llevaba años con su lesión invisible: siempre disimulando, siempre preocupado, siempre preguntándose cómo reaccionaría alguien si se enterara.  No le molestaba tanto el hecho de haber perdido ambas piernas en la explosión; Ray solía salir de su casa en verano con pantalones cortos y con sus prótesis que brillaban al sol. Pero, ¿y su otra lesión? Aparte de sus padres, casi nadie lo sabía, ni siquiera los compañeros con los que se había ido a la guerra.

Para los hombres como Ray que pierden sus genitales, el tratamiento más común, cuando lo hay, es la faloplastia: una suerte de tubo enrollado de tejido, vasos sanguíneos y nervios sacados del antebrazo o del muslo y trasplantados a la ingle, es decir, un pene artificial que necesita una bomba externa para la erección. Cuando se reunió por primera vez con el cirujano plástico y experto en reconstrucción genital en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore (EE. UU.), Richard Redett, le ofrecieron la faloplastia. Pero poco después, Redett decidió que Ray podía ser candidato para que se le realizara uno de los primeros trasplantes completos de pene del mundo. En lugar de uno artificial, sería uno de verdad.

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