Dichos estudios demuestran también que cierto deportes mantienen una vinculación con enfermedades del tracto urinario.
La mitad de estos estudios demuestran que hay ciertos deportes
que sí mantienen una vinculación, mayor o menor, con determinadas
enfermedades del tracto urinario, aunque la otra mitad no ve indicios
aparentes.
"Para la patología prostática no es malo andar en bicicleta. No
obstante, sí lo es para el síndrome congestivo pélvico, acusado en
varones entre los 30 y los 60 que se quejan de molestias en la zona del
perineo, ya que tienen dificultad para orinar, así como eyaculatoria.
Sólo para este síndrome sí es malo montar en bici. La persona debe
disfrutar de la vida y realizar deporte. No hay una relación directa
entre el sillín de la bici y la patología prostática", asegura en una
entrevista con Infosalus el doctor Javier Romero, urólogo del Hospital
12 de Octubre de Madrid.
Así, incide en que la práctica de la bicicleta de manera recurrente puede influenciar negativamente en la función sexual,
especialmente en la disfunción eréctil. "Las últimas cifras hablan de
una mayor predominio de ciclistas que padecen de disfunción eréctil, se
asume que 4 de cada 100 ciclistas pueden sufrir esta enfermedad frente
al 1,1 de cada 100 corredores", apostilla. Según recuerda, las
principales hipótesis científicas sostienen que actualmente andar 30
minutos al día en bicicleta podría aumentar el riesgo de desarrollar
disfunción eréctil o problemas perineales (síndrome congestivo pélvico).
Eso sí, el también coordinador nacional de la sección de Andrología
de la Asociación Española de Urología destaca que, según una publicación
de 'Canadian Cycling', que recoge datos de recientes comunicaciones de
la Asociación Americana de Urología (AUA), "la práctica del ciclismo no presenta un mayor riesgo que la práctica del running o
la natación y otros deportes". Es más, resalta que esta publicación
subraya que "tanto el dolor como los trastornos inguinales, típicos de
la práctica de este deporte, o de la práctica de la hípica, no son
evidencias rotundas de que estos síntomas deriven siempre en afecciones
de mayor magnitud".