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PENES CURVADOS 90 GRADOS. Dr. Ignacio Moncada (Urólogo)

El físico a veces puede ser un impedimento a la hora de tener relaciones sexuales. Ejemplo de ello es la llamada enfermedad de Peyronie, en la que el pene se tuerce durante la erección, un problema doloroso que llega a impedir la penetración.
Ignacio Moncada, coordinador del grupo de trabajo de andrología de la Asociación Española de Urología (AEU), define esta dolencia como «una pérdida de las propiedades normales de la túnica del pene, que una consecuencia que tiene es la curvatura del miembro durante la erección. Otra consecuencia es que el pene se acorta, porque esa zona de la túnica ya no se expande igual. Además, puede haber problemas de erección, porque el órgano sexual ya no atrapa la sangre como antes». Pese a lo que pueda parecer, ésta es, en palabras de Moncada, «una enfermedad bastante común, más de lo que se piensa».
Visualmente, esta curvatura puede tomar distintas formas, «a veces llega a más de 90 grados, otras se retuerce, o incluso hace forma de S, o se produce un estrechamiento del pene como si fuera un reloj de arena, hay muchas posibilidades», explica el urólogo.
Esta dolencia se presenta sobre todo en la raza blanca, pues se piensa que hay una predisposición genética para su desarrollo, ya que suele ocurrir que los individuos que la padecen, también tienen una enfermedad que provoca que los dedos de la mano no puedan extenderse. La fibrosis se produce por «microtraumatismos del pene en erección durante las relaciones sexuales, generalmente con el hombre debajo y la pareja encima, lo que puede ocasionar que el pene se doble o se fuerce».
La enfermedad de Peyronie también supone consecuencias psicológicas. Así lo explica Héctor Galván, director del Instituto Madrid de Sexología. «Las estéticas son las consecuencias más importantes. Aunque la persona no experimente dolor ni molestias, se retrae ante las oportunidades de encuentros sexuales», o bien puede ocurrir que «las relaciones se realicen rápidamente o  en un entorno con poca luminosidad».
Este tema debe ser tratado por un profesional que ayude al paciente a que «se centre en disfrutar en vez de en la posibilidad de evaluación por parte del otro, ya que las parejas no dan demasiada importancia a este hecho, muchísima menos desde luego que al desempeño sexual y la dedicación que se muestre».

En el momento exacto
Ante este problema, parece que la solución pasa por operar, pero si se hace precipitadamente puede resultar un fracaso, puesto que hay que esperar el momento exacto en el que la evolución de la curvatura del pene se haya estabilizado. Moncada recuerda que «podemos operar las secuelas, pero no curar la enfermedad».  El experto de la AEU explica una alternativa diferente. «Lo que da buen resultado es la combinación con un extensor de pene». De esta manera, bajo control médico, «se mantiene el miembro en tracción, como con una escayola, para evitar que progrese la curvatura o mejore la que hay».
Este método se usa como alternativa a la cirugía, y, en casos más complejos, como postoperatorio, porque manteniéndolo en tracción en este momento hace que «el acortamiento del pene sea menor». 
https://www.larazon.es/historico/1895-penes-curvados-90-grados-NLLA_RAZON_401637

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