Si preguntáramos a un grupo aleatorio de 20 mujeres entre 18 y 65 años con qué frecuencia realizan una revisión ginecológica,
las respuestas, seguramente, variarían inmensamente entre sí, porque
mientras 1 de cada 2 mujeres (51%) en España confirma que realiza una
visita a su ginecóloga o ginecólogo al menos una vez al año, el 19% dice no haber ido nunca, según un informe internacional sobre salud de Ipsos realizado en 2018.
Si hiciéramos el mismo ejercicio con un grupo de hombres
con las mismas características, preguntando con qué frecuencia acuden a
su andrólogo o andróloga de confianza, lo más probable no es solo que
la gran mayoría no hubiese ido nunca, sino que ni siquiera sabría qué es la Andrología; subespecialidad médica de la Urología dedicada al estudio, diagnóstico y tratamiento de la función sexual y reproductiva del hombre.
Ante este panorama, es imposible negar que la salud masculina
es una de las grandes asignaturas pendientes a la que nos enfrentamos
como sociedad. Por eso, con el objetivo de incrementar la concienciación
sobre la importancia de cuidar y preservar su salud en todas las etapas
de su vida, entre nuestras aspiraciones como hospital monográfico está
la de generar y divulgar información sobre distintos temas sobre la salud urogenital, sexual y reproductiva del hombre.
En pocas palabras, queremos revolucionar el panorama
de la salud masculina. Pero para hacerlo no podemos centrar todos
nuestros esfuerzos en los hombres mayores de 50 años para que hagan
prevención del cáncer de próstata. Tenemos que dirigirnos a los varones
de todas las edades, empezando desde los más jóvenes, y también a ellas, a las mujeres; porque esta labor solo la alcanzaremos de manera conjunta.
Mientras ocho de cada diez hombres confía en que su salud es buena,
según la encuesta ‘Men’s health perceptions from around the globe’
(2016) de Global Action on Men's Health, existe una profunda contradicción
entre la percepción que ellos tienen y su comportamiento real. Esta
contradicción podría ser una de las razones que nos ayudaría a entender
por qué ellas prestan más atención que ellos a sus problemas de salud. Sin duda, esta diferencia debería ser abordada cuanto antes, porque lo que está en juego aquí es la salud masculina.
La buena noticia, sin embargo, según esta misma encuesta, es que los hombres tienen una actitud cada vez más positiva y proactiva. La voluntad general es asumir un mayor control
de su propia salud y bienestar más allá del deporte y la alimentación,
dos ámbitos en los que los hombres ya vienen mostrando un grado de
interés más o menos alto.
Por eso, quienes trabajamos en este sector,
tenemos el deber moral y la obligación de ofrecer la información y las herramientas necesarias para que ellos puedan empoderarse y desempeñar este papel de forma más responsable.