La mayoría de las personas asociaría las lesiones sexuales con látigos, cadenas y diversos actos tántricos. Pero una de las lesiones más temidas por los hombres es una que ocurre en posturas sexuales “tradicionales” y que se sabe se encuentran entre las más practicadas: la fractura del pene.
Si bien no se trata de una fractura en el sentido más estricto de la palabra, ya que el pene no tiene hueso, se trata de una lesión real que puede dar lugar a devastadoras complicaciones funcionales, físicas y psicológicas si no se maneja adecuadamente y de manera oportuna.
Aunque la fractura de pene es poco común, su incidencia puede ser subestimada, ya que algunos pacientes pueden estar demasiado avergonzados para buscar atención médica en las salas de emergencia.
La fractura de pene es una rara emergencia urológica, definida como la ruptura de la túnica albugínea del cuerpo cavernoso causada por un traumatismo contundente en el pene erecto.
Esto puede ocurrir durante una relación sexual vigorosa, cuando el pene sale de la cavidad vaginal y al intentar retomar al acto se produce una penetración incorrecta en la que el pene erecto golpea el pubis o el perineo con una fuerza que sobrepasa la capacidad de resistencia de la túnica albugínea, provocando la lesión.
Aunque la fractura de pene se ha considerado tradicionalmente una emergencia grave pero poco frecuente, su incidencia ha aumentado hasta el punto en que ya no puede considerarse rara.
Esta lesión puede tener una etiología sexual o no sexual. Las relaciones sexuales y la masturbación son las principales causas sexuales, mientras que los mecanismos de lesión no sexuales pueden incluir el hecho de darse la vuelta mientras se duerme (rodar en la cama) durante la tumescencia nocturna del pene, la manipulación del pene para meterlo en la ropa y la flexión forzada del pene erecto para lograr la detumescencia del mismo.
La fractura de pene tiene una presentación clínica bastante típica. Los pacientes reportan haber escuchado un sonido de chasquido seguido de dolor, detumescencia peniana, y una aparición tardía de hinchazón, hematoma y deformidad peniana conocida como “deformidad de berenjena”.
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