Quien haya sufrido un episodio de piedras en el
riñón (cálculos en el riñón o litiasis urinaria) seguro que el recuerdo
que tiene de aquellos días no es para nada agradable. El verano es
además, una estación idílica para que se dé más este problema de salud ya que la deshidratación es una de las causas más importantes.
Los
cálculos renales son
uno de las principales motivos de consulta en los servicios de
urología, aunque no suelen dar complicaciones mayores ni producir daños
permanentes. Según explican desde la Unidad de Urología y Andrología del
Hospital Ruber Internacional en
este informe
Más frecuentes en el varón
"Los cálculos renales son más frecuente en el varón,
a una edad media-alta, y también la expulsión de esos cálculos es más
dificultosa en el varón (por su sistema urinario)", explica a EL ESPAÑOL
el urólogo Natalio Cruz, director médico de la Clínica Andromedi (con sede en Sevilla, en Canarias y próximamente en Madrid).
Las piedras o cálculos en el riñón
pueden afectar a cualquier parte de las vías urinarias, desde los
riñones hasta la vejiga. Estos cálculos se forman por el aumento de los
componentes de los cristales de la orina como el calcio, el fosfato, el
ácido úrico, el oxalato, etc. De ahí que existan diferentes tipos de
piedras. Algunas de las principales: piedras de calcio; de ácido úrico;
de estruvina o cálculos de cisteína (muy poco comunes).
Los cálculos no suelen dar síntomas, hasta que
comienzan a desplazarse por el riñón o hasta que pasan por el uréter. En
ese momento -informa la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) en
este artículo de su página oficial- se puede experimentar: dolor lumbar, dolor intenso en la zona de los riñones, orina que puede ser de color rosado, rojo o marrón
y con mal olor, incluso con sangre al orinar, ganas de ir al baño con
mayor frecuencia. También náuseas y vómitos. Incluso, fiebre o
escalofríos si hay infección.
Sin embargo, es importante saber que hasta el 70% de
las veces, las personas pueden expulsar estas piedras de forma
espontánea por la orina, a través de una buena hidratación, es decir, bebiendo abundante agua de baja mineralización. Pero todo depende del tamaño del cálculo.
Según
explica Cruz, normalmente, "una litiasis (cálculo) por debajo de medio
centímetro de diámetro se expulsa sin problemas, o al menos sin muchas
molestias (incluso hay gente que habla de expulsión de arenilla)". En
otras ocasiones, los cálculos se expulsan con mucho dolor
(como es el caso del cólico nefrítico). Pero "cuando el cálculo es
mayor de un centímetro ya estaríamos hablando de un cálculo difícil de
expulsar que va a requerir maniobras de expulsión, tratamiento médico,
incluso a veces, tratamiento quirúrgico", añade.
Cómo prevenir los cálculos
Además de la deshidratación
-más común en los meses de verano por las altas temperaturas- existen
otros factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de tener
este problema de salud: tener antecedentes familiares; seguir dietas
ricas en calcio, sal o azúcar; la obesidad; la toma de ciertos
medicamentos como algunos antibióticos (como vimos aquí).